insomnium
Como cada noche el diablo se ha quedado mirándola. Lucifer es paciente. Espera a que ella se acueste y asome sus cansados ojos sobre el embozo de las sábanas para retener su mirada. Ella dice ven, de hoy no pasa. Se acerca a su lecho, ella le hace un hueco. Satán se apaga.
Furiosa y hastiada, en su búsqueda ella palpa, recorre, rastrea, olfatea, araña, muerde y golpea su cuerpo endemoniado. Mierda, ha vuelto a perder, será castigada. Rendida y agotada su alma yace inerte mientras las sombras la poseen. Cada penetración es igual de dolorosa que la anterior, se siente una y otra vez desvirgada.
Otra noche sin luz, y todo por no encontrar el maldito interruptor de los sueños a tiempo.