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El problema no es que un día te levantes y descubras que una compañía telefónica, que encima no es la tuya, te ha cambiado de número sin avisar y se lo ha regalado a otro. El problema es que desapareces. Y como nunca te autollamas, tardas una semana en enterarte. Mientras tanto no has estado localizable pero han contestado al otro lado. Y la voz que responde debe ser más dulce que la tuya, y a todos les cae mejor. Mi madre dice que es más cariñoso, que la escucha y que se acuerda de preguntar por todos los médicos; mi hermana me reprocha que yo no le doy consejos tan buenos y que ya no me necesita; mi abuelo está feliz, le han prometido llevarle de viaje al pueblo. Hasta del trabajo han debido llamar y que les ha solucionado un par de papeletas en un pis-pas, con rapidez, eficacia y eficiencia “no como otras”. En las clases de Contac ha dado su nombre y me ha dejado sin plaza; ha pasado la revisión médica de la empresa por mi y debo estar “sanísimo”; mi casera no me coge el teléfono y sospecho que me quiere echar. Mi chico está muy raro y se pone a tartamudear cuando le pregunto porqué comunica siempre; y mis amigos y amigas le han organizado dos cenas-sorpresa de bienvenida
Y aunque me he llamado a mi misma y me entiendo mejor que nadie, tengo una cosa muy clara, no pienso pagar la factura que está borrando mi vida, (aunque tampoco sé si quiero recuperarla).
El problema no es que un día te levantes y descubras que una compañía telefónica, que encima no es la tuya, te ha cambiado de número sin avisar y se lo ha regalado a otro. El problema es que desapareces. Y como nunca te autollamas, tardas una semana en enterarte. Mientras tanto no has estado localizable pero han contestado al otro lado. Y la voz que responde debe ser más dulce que la tuya, y a todos les cae mejor. Mi madre dice que es más cariñoso, que la escucha y que se acuerda de preguntar por todos los médicos; mi hermana me reprocha que yo no le doy consejos tan buenos y que ya no me necesita; mi abuelo está feliz, le han prometido llevarle de viaje al pueblo. Hasta del trabajo han debido llamar y que les ha solucionado un par de papeletas en un pis-pas, con rapidez, eficacia y eficiencia “no como otras”. En las clases de Contac ha dado su nombre y me ha dejado sin plaza; ha pasado la revisión médica de la empresa por mi y debo estar “sanísimo”; mi casera no me coge el teléfono y sospecho que me quiere echar. Mi chico está muy raro y se pone a tartamudear cuando le pregunto porqué comunica siempre; y mis amigos y amigas le han organizado dos cenas-sorpresa de bienvenida
Y aunque me he llamado a mi misma y me entiendo mejor que nadie, tengo una cosa muy clara, no pienso pagar la factura que está borrando mi vida, (aunque tampoco sé si quiero recuperarla).