Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

lunes, diciembre 18, 2006

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La mujer que se mira en el espejo de cuerpo entero, no reconoce a la niña que baila sobre los vidrios rotos de las botellas que yacen al otro lado del reflejo.

La mujer atrapada fuera del espejo de cuerpo entero, hurga -silenciosa- en la sombra que no proyecta; buscando, tal vez, en esa copa vacía que cuelga oscilante de su mano izquierda, la punta del destino perdido.

Quizá, la mujer que le da la espalda al espejo, de cuerpo entero, no está dispuesta a salvar la distancia entre las caricias del frío suelo que le abofetean los pies y la mu(ñ)eca burlona -que la reta y parpadea entre saltos sin red y lenguas de dos coletas- refugiada en la superficie frívola y caprichosa del cristal..