Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

jueves, noviembre 02, 2006

.


Me despierto despierta, con dolor en las sábanas de dar tantas vueltas. Me despierto con sueño acumulado y un día lleno de horas impares gritándole a la cuenta atrás. Es decir, con un jueves color cacabebé por delante. Me despierto con ganas de besar. Besar la almohada, besar el vaso del zumo, besar el agua de la ducha, besar la muda con olor abrisadelbosque, besar tu culo peludo. Besar mis bailarinas nuevas, besar mi reflejo en el espejo, besar al frío de la calle (a ése un gran muerdo), besar la toquilla de Daniela, besar al viejo de la once apostado en la esquina. Besar el manillar de mi bici con margaritas, besar los dedos y las manos que me sirven el café tras la barra, besar el autodefinido del periódico (y la tira de Forges), meter mi cabeza dentro de mi enorme bolso y ametrallarlo a besos para guardarlos dentro (-stock- previsora que es una). Besar la pantalla y todos mis contactos de msm (bueno, a casi todos), besar a Jopetas, el peluche-tigre de la suerte, besar el primer cigarro del día y su colilla. Besar la risa, las prisas y los dardos envenenados. Besar, besar y seguir besando. ¿Y tú me preguntas que por qué te he desgastado a besos?