Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

miércoles, octubre 11, 2006

Una de Tensión, Hilos y Viento


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Nunca antes había volado una Cometa, ni de las de verdad ni de las de mentira. Quizá si hubiera conocido en la práctica estos rudimentos básicos de pilotaje, me habría evitado más de un fracaso en alguna que otra relación.

Resulta que (obvio vale, pero…) las cometas bailan gracias al viento. Sin embargo, a veces el viento se puede convertir también en el peor enemigo: demasiado puede provocar que se te rompa la cometa, que no puedas manejarla bien, e incluso que se te escape. Lo ideal es que el viento sea de fuerza media, para que puedas hacer piruetas con tu cometa estirando y dejando ir el hilo. Cuanto más espacio tengas, más hilo podrás dejar ir y más danzará la cometa en el aire. Si hay viento suficiente, la cometa se elevará sola. Una vez arriba sólo hay que controlar levemente los hilos, estirando suavemente si amaga con caer y dejando ir a continuación para que vuelva a subir. (¿Sabíais que una cola ayuda a que la cometa se estabilice? ^___^).

Es bastante simple la relación de complicidad entre las cometas y su viento; o las personas y su ilusión. Se necesita un hilo consistente, fino y muy largo. Con viento es fácil, la cometa se mantiene firme y se mueve a su antojo. El problema es cuando empieza a escasear. Es importante no entrar en fase de “pánico”, y soltar el hilo o recogerlo de forma precipitada, porque de ambas maneras acabarás precipitando la cometa a su estrellato. Aunque parezca que la cometa cae sin remedio, no te engañes siempre se demoran en una caída zizageante, y si recoges el hilo ordenada y lentamente hasta que se tense, ésta sentirá el leve tirón que la empujará a volver a ascender.

Dicen que el equilibrio es el instante de la perfección
y que la estabilidad es algo más:
es la probabilidad de estar cerca del equilibrio.


Y al fin y al cabo las cometas nunca están quietas
sino alrededor del equilibrio.