Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

martes, febrero 28, 2006


Única






Ú
nica ronca y lo sabe.
Por eso todas las primeras noches vela el sueño del cuerpo que mancilla sus sábanas. Nunca el encuentro número uno es el mejor –he dicho nunca- pero a veces la duermevela número uno es la más fructífera. Compensan las ojeras del desayuno, si se llega, a cambio de la información de unos párpados descansados.