Retazos I

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La ladrona de besos

Demasiado sol como para mendigar un beso. Harta de esperar, decidió robarlos. Pero hasta como ladrona es una señora: ponte cómodo, no te haré daño, sólo te voy a robar un beso. Tuvo mucho cuidado en no desvalijar su cuerpo, en no romper las prisas, y en demorar el aprendizaje de su pupilo en sus pupilas. Usurpó tentaciones beneficiándose de un falso deseo, se lucró de placer ajeno. El azar le regaló la morada de una boca incauta. Ahora lo sabe. Él le hubiera regalado su corazón sólo con dejar caer su lengua a través de su garganta. Pero quien avisa no es traidor, y ella cuando le atracó sólo había gritado: Arriba las manos, dame todos los besos.