Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

lunes, enero 10, 2005

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- Ven, asómate. Shhh... No hables, calla y mira.
- Si...
- ¿La ves?
- Sí.
- ¿Y a él?
- No, a él no.

(La está bañando un fantasma. Ella se deja, mudos los brazos, quietos los labios, sordos los ojos. Sentada, abraza sus rodillas y desviste su nuca para mostrarle su contractura. Aquí, aquí me duele. Él le canta susurros de agua tibia, acaricia los nudos de sus vértebras, frota su espalda, se demora, se demora... Ahí, ahí donde su mano nunca llega ha coloreado con espuma su nombre y una fecha. Aclárame el pelo, sin prisas. La arropa en una enorme toalla para secar sus ronroneos con tierna energía, esta noche hace frío. Se despiden con un beso, un beso que sabe a mañana bailando en su tacto.)

- ¿Lo has visto?
- Sí. Le ha frotado la espalda.
- Sí... le ha frotado la espalda...