Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

lunes, diciembre 06, 2004

Refugiada

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(i)

Huir para resbalar entre la masa de plastilina que moldea la ciudad. Desayunos de media noche con el lápiz, afilado, en la mano y el papel en el estómago; ese que te devuelve las palabras del desencuentro. Vómito. Resaca de ayeres. Acidez en los pies, nauseas en la lengua. No tienes hambre. Hoy no, pero sabes que mañana volverás a beber. Para sobrevivir. Vivir. Ir. Borracho, en mi.

(ii)

Soñé que te comía la boca, con cuchillo y tenedor.

(iii)

¿Dónde vas Descalza? ¿Por estas calles en las que he llorado mis vidrios rotos? Ciega y sueca, esquivo las deudas que me reclama el suelo.

(iv)

Ella es regazo para mecerse, de piel y tierra.

(v)

Para todos los que creen en mi tiempo.