Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

viernes, diciembre 10, 2004

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A veces crees que deberías dejar
de emborrachar tu lengua y sin embargo,
rellenas la copa de su ombligo una y otra vez,
para ahogarte en los charcos entintados de su súplica:
bebe cielo, bebe. Y tú deseando que respire con sus dedos
tus silencios de zorra, mientras te fuma las nalgas y contamina
el tiempo que te viste, desde tus tobillos hasta tus caderas, con un mantel
a cuadros rojos y blancos, con las velitas para dos que nunca has encendido..