Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

lunes, septiembre 06, 2004

El tiempo se detiene a sudar mis tardes de domingo. Las gotas resbalan de forma vaga, pegajosa, aburrida marcando el ritmo de esta siesta que no me abraza. Me levanto acompañada del sabor amargo de monedas sucias en la boca, me volví a vender por dos duros al mundo de los sueños. Fuera truena y sonríen mis fracasos mientras se burlan de mis pasos secuestrados, amordazados con una cuerda a la pata de mi cama, mis tobillos desisten de pelear antes de empezar. Dicen que quieren ir a todo los lados, pero siempre tienen excusa y hoy; claro, llueve.