Descalza


Deambulo en mi habitación como una loca.
Veo a mi triste sombra seguir inútilmente mis pasos.
La sorprendo besándome el tobillo.
Y por un momento, me río de mí misma
mientras continúo mis pasos sin sentido.

viernes, septiembre 17, 2004



Cuando los besos empezaron a atropellarse
frente al mostrador de sus bocas,

dejaron todas sus lenguas de respetar la vez
robaron los dientes del deseo el turno a las caricias,

vaciaron los estantes de testosterona en oferta,
arrasaron con los congelados de feromonas a saldo,

compraron todos los agujeros y
llenaron el carro con orgasmos 2 x 1.